11: 46 p.m. Hago un recuento de un día gris: Estuve sola, no he podido comer nada, no respondí llamadas, ni mensajes. Siento un agotamiento horrible. Muchas, muchas ganas de llorar. No esperé tu llamada, pero Dios sabe cuándo la ansiaba. Tenía muchas cosas que contarte, aunque en el fondo creo que es innecesario que lo sepás...
11: 50 p.m. Cada vez me cuesta más aceptar una realidad más latente. ¿No debería ser al revés?
11:56 p.m. He doblado rodillas, hoy le he pedido a Dios por vos, por lo que siento por vos.
*Cómo duele saber que no hay un "nosotros"*
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