Recién habíamos colgado, cuando esa frustración -que te hacía parecer molesto- se apoderó también de mi. Mojé la almohada, me hundí en la cama, me tragó el noche.
#1. Volví a caminar sobre la espiral y me repicaban en el corazón tus palabras: "¿por qué pensás de nuevo en 20 años atrás y en un pasado que no podés devolver, si tu vida actual no va a cambiar?" (¡Pregunta lapidaria!) Sentir tu voz cortante y tu molestia, fue casi tan doloroso como frenar ese ímpetu diario que tengo de sentirnos JUNTOS, a la distancia. Yo quisiera enojarme como vos, en vez de sentir el peso que me oprime el pecho cuando dejo correr las lágrimas que me empapan la cara cada fin de semana, feriados o, simplemente cuando me advertís que vas a estar en alguna actividad familiar o personal, en la que yo debo desaparecer de tu memoria.
#2. ¿Crees que no me doy cuenta del enorme esfuerzo que hacés tratando de desviar mis palabras, cuando caigo en el error de hablar de un "nosotros"? Sin respuesta, ya la conocemos.
#3. ¿Te parece que soy del tipo de persona que asume que todo está bien, solamente manteniendo una relación telefónica clandestina? Sin respuesta, ya la conocemos.
#4. ¿Pensás que yo me hago de la vista gorda o ignoro el hecho de que omitís detalles de tu vida para no lastimarme? Sin respuesta, ya la conocemos.
#5. ¿Cuánto tiempo crees que se pueda sostener "esto", mientras jugamos al "aquí no ha pasado nada"? Sin respuesta, ya la conocemos.
#6. ¿Crees que no somos víctimas de las circunstancias que construímos a diario? Sin respuesta, ya la conocemos.
#7. ¿Resulta sano seguir creyendo que podemos vivir de anhelando compartir momentos únicos: pasar la noche en un un hotelito intoxicados de risas y embriagados de amor; caminar de la mano en New York; escuchar a Coldplay bajo las sábanas frías, cumplir fantasías en complicidad con el morbo que nos presentó hace meses; o simplemente, ir con Trav a la Sabana? Y, de pronto toca cortar, huir, hacer un break, entender la prohibición del fin de semana o simplemente, jugar a al gato y el ratón esperando durante horas con ansiedad la posibilidad de escucharnos de nuevo. Es cierto, "esto" no es normal y nosotros estamos jugando a ser felices, hasta pareciera que lo somos, conformándonos con gotitas de alegría que quisiéramos transformar en aguacero de felicidad cuando estamos juntos.
#8 ¿Cómo crees que me siento cuando IMAGINO todo lo que no me contás? Ese, quizá es mi peor verdugo. Vivir esa sensación, NO te la deseo a vos, ni a nadie, ni por 5 minutos. Cuando esa emoción me invade, mi conciencia se convierte en consejera y dibujo imágenes alejadas de tu mundo, sueño con el día de poder disfrutar de un amor como el tuyo con alguien que me haga sentir lo que siento con vos. Y eso es algo que me despertaste, es algo que tenía descartado hasta que te conocí; pero vivir con esa ilusión de encontrar a otra persona como vos, que no seas vos....me despedaza el alma y me hace abortar el la idea. No podría imaginarte en alguien más, sin sufrir la impotencia de no tenerte. Nadie sustituye a nadie.
#9. ¿Qué te hace pensar que yo no soy posesiva, como vos? Lo que pasa es que no tengo derecho a serlo, ni a preguntar, ni a sentirlo. Creo, que es la parte contra la que más lucho desde el primer día: reprimo toda posibilidad de sentirte mío. Y no tenés idea el trabajo que me cuesta luchar en contra de mi naturaleza y callar...esas dos cosas son las más dolorosas de no "poder" amarte como quisiera, sin límites. Y como cosa curiosa, (¡morite de risa!) eso no me impide sentirte 100% tuya.
#10. ¿Por qué me despertás siempre a las 3 a.m.? Sólo es otra madrugada más que grita tu nombre en medio de las sombras.
4:48 a.m. Volví a abrir la publicación, sólo para decirte que te llevo bajo la piel: tu cara, es lo último en lo que pienso al cerrar los ojos y también, lo primero que tengo en mente al despertar.
*Y sin embargo, hay entregas del alma que no conocen restricciones…no limits*
No hay comentarios:
Publicar un comentario